Ir al contenido principal

La Cultura de la Basura

Basura debajo de cartel en sector Los Pellines en Chillán


¿Sabías que cada chileno genera al menos un kilogramo de basura al día? Pues el Ministerio del Medio Ambiente de nuestro país así lo afirma. Creo firmemente que esa cantidad es demasiada si pienso en que el año tiene 365 días y que en nuestro territorio somos más de 17 millones de habitantes, eso hace un total de... Quizás sea mejor que tú mismo hagas el cálculo y te sorprendas.

Todos los días generamos basura innecesariamente, cuando  vamos al supermercado y ponemos un solo vegetal o fruta en una bolsa plástica antes de pesarla que luego botaremos 10 minutos después de haber llegado a casa, cuando compramos productos como carne, cecinas o quesos envasados teniendo la opción de comprarlas sin envasar, cuando vas a la feria echando cada compra en una bolsa de plástico diferente mientras puedes ponerlas todas sólo en una de gran tamaño que sea reutilizable, y así un sinfín de ejemplos más.

Todo esto es parte de un problema mayor, pero hoy quiero enfocarme en que esos envases, muchas veces ni siquiera van a parar a un basurero.

No hace falta caminar más de media cuadra desde nuestra casa para ver regados envoltorios, botellas plásticas y otros desechos no biodegradables, algo que es responsabilidad de todos, pero de lo que por suerte se encargan los municipios con sus planes de aseo y ornato.

Sin embargo, hay otros lugares que no tienen la misma suerte y lamentablemente son sitios alejados de las urbes, paisajes naturales de suma belleza que se ven opacados por los desperdicios que innumerables personas dejan después de haber disfrutado de todas las bondades que estos entornos les brindan.

Aunque la basura es la inquietud que más ha crecido en Chile, según la Encuesta Nacional de Medio Ambiente, pasando de un 20,7% en 2016 a un 29% en el presente año, lo cierto es que empezando por nosotros mismos no hacemos mucho.

Desde hace un tiempo que disfruto en pareja del escaparme un día del fin de semana a un lugar natural y, cuando el clima lo permite y el tiempo también, la estadía en esos lugares se prolonga así que nos vamos con carpas, sacos y cocinilla a orillas de un lago, a una playa solitaria o a la montaña. 

Incluso en esos lugares alejados de toda civilización es que aparecen vestigios del paso del ser humano. No sólo encontramos envases plásticos, sino además ropa vieja, zapatos inservibles y hasta pañales desechables. Este panorama es desalentador para quienes queremos escapar de todos los males sociales porque de este hasta ahora, es imposible.

Lo que me da por pensar en ese momento es: ¿Tanto peso supone llevarse una bolsa con los desechos de los productos que trajiste para consumir mientras pasabas una tarde o unos días acampanado con tus amigos o familia?

Esos mismos desechos que no te llevaste pesaron mucho más cuando envolvían o contenían los productos de tus bolsas de supermercado, cargadas hasta reventar de bebidas e insumos para tu asado. 


Bolsa de basura a orillas del río Chillán



Ese mismo pañal que tu hijo ocupó por 3 horas y que tu arrojaste a los pies de un árbol a las orillas de un lago, no tarda menos de 100 años en degradarse, por lo bajo, y las bolsas de plástico tardan al menos 150 años en hacerlo. 

Así las cifras van en aumento. Una botella de plástico puede tardar de 100 a 1000 años y las botellas de vidrio tardan en degradarse 4000 años.

¿Nunca se han puesto a pensar en cómo será ese lugar tan bonito y natural cuando sus hijos crezcan o cuando sus nietos sean jóvenes, si seguimos arrojando basura como si nada sin detenernos a analizar datos como los anteriores?

Probablemente esos lugares sean verdaderos vertederos y ni la sombra de lo que nosotros ahora vemos. Ahí comenzaremos a lamentarnos, a contar la historia de lo bonito que era ese entorno que nosotros mismos destruimos, aunque claro, esa parte no la contaremos y le echaremos la culpa a otros descriteriados e incultos.

En un panorama similar ¿se han dado cuenta cuando visitan alguna playa, u otro lugar natural, como se multiplican las colillas de cigarro como si la propia naturaleza los pusiera ahí? Si no lo hacemos en nuestras casa, ¿por qué botamos esas colillas en un suelo que es de todos y de nadie a la vez?

Todo lo anterior no sólo deriva en la contaminación de un paisaje natural y de su suelo sino que además hay otras consecuencias tan o más severas.

Creo que en los últimos años se ha vuelto habitual ver a diferentes especies tratando de comer algo que no es su alimento. Las aves van por los trozos de bolsas plásticas y eso sólo es parte de lo que vemos, pues mucha de la basura que queda en la costa, cuando sube la marea va a dar al mar y es esa la fauna que más sufre con nuestros desechos.

Un día vi a un enorme lobo marino engullir pescado con trozos de plástico. Una escena lamentable, por decirlo menos, pero más allá de este inmenso problema que ya forma parte de los entornos y ecosistemas de flora y fauna, tenemos que ver como logramos solucionar o revertir lo que antes les comento. 


La tarea no es fácil y lo peor es que habrá muchas personas que aun sabiendo esta realidad se quedarán inmóviles, aunque el llamado a gritos es a actuar. En definitiva a limpiar.

No podemos limpiar el aire contaminado por las industrias, no podemos rescatar los desechos que están en el fondo del océano, pero si podemos liberar a playas, montañas y otros entornos naturales de la basura que en días, meses o años puede desembocar en ríos, en el mar o quedar anclada en la tierra sin desagradarse por siglos.

Actuar en este ámbito no requiere un esfuerzo sobrehumano sino más bien determinación, solidaridad con otras especies y el entorno, y el hecho de entender que tendremos que hacer nosotros lo que muchos otros no hacen por un bien mayor.

Así como hay quienes ensucian y contaminan los espacios naturales, también hay quienes aún produciendo basura en ellos, se van con sus desechos dejando todo como lo encontraron. Pero hacer esto hoy sigue sin ser suficiente, pues mientras dejas el lugar donde montaste tu carpa limpio, veinte pasos más allá los desechos de otras personas quedan ahí formando parte del panorama visual.

¿Y si nos lleváramos un poquito más de basura de la que trajimos en ese espacio que sobra en tu bolsa de desechos?

No es necesario que te lleves un saco de desechos, pero que cargues con algunas latas de bebestibles o incluso con algunas tapas plásticas de bebidas que estén esparcidas por el suelo del lugar será de gran ayuda si luego viene alguien más que también aportará con llevarse, por ejemplo algunas colillas de cigarro que dejaron otros.

En conclusión, creo que si entramos en un bucle de personas que se llevan un poquito de la basura de otros, pronto el lugar estará mucho más limpio. Si eliminamos esos espacios que el ser humano destinó para aglomerar basura sin permiso de nadie, impediremos la incitación continua de botarla allí y hasta eliminaremos ese pensamiento costumbrista de una bolsa o un desecho más no se notará“.


Partamos con el ejemplo. 

El fin de semana pasado nos fuimos con mi pareja a un sector llamado Los Pellines, camino a las Termas de Chillán, y ahí encontramos un lugar donde pasa el río Chillán con aguas tan limpias que es posible ver el fondo. La vegetación es de especies nativas e incluso hay algunos lugares donde surge una playa de arena negra, pero a nosotros no nos impresionó ese paisaje sino más bien que llegando y justo bajo un letrero que dice Cuida la Naturaleza, estaba lleno de basura. Una primera impresión lamentable.


Basura acumulada bajo cartel en Chillán


Adentrándonos un poco más descubrimos entre ramas, a orillas del río e incluso escondidos entre muchos colihues, innumerables desperdicios y bolsas llenas de basura que nadie se llevó.

Afortunadamente mi pareja tenía en la camioneta un saco y guantes y decidimos ponernos manos a la obra para recoger la mayor cantidad de basura que pudiésemos llevarnos. El saco comenzó a llenarse rápidamente y en lo que fueron menos de 10 minutos logramos que algunos lugares que antes estaban llenos de desechos, ahora quedaran limpios. Con ese simple acto vimos como el paisaje nos mostraba de nuevo una belleza que algunos le arrebataron.


Recolectando basura a orillas del río Chillán

Basura recolectada en saco

Aquí les dejamos el antes y el después de un pequeño espacio que limpiamos


Diferencia antes y después de recolectar basura en río Chillán
Lugar sucio y luego limpio a orillas del río Chillán


¿Tanto daño podemos hacerle a un lugar que quizás a cuantos habrá brindado maravillosos momentos? 

Cuando llegué al lugar sentí impotencia y rabia, pero para erradicar esos sentimientos limpiar fue la mejor solución. Luego me sentí aliviada, feliz y con la sensación de que ese entorno volvía a respirar.


Vista del río Chillán en sector Los Pellines


Subimos el saco a la camioneta y nos lo llevamos, aunque la comodidad que te brinda un vehículo no es excusa para una acción como esta, que también hemos llevado a cabo movilizándonos en transporte público, cargando sin hacer mucho esfuerzo nuestra basura y un poquito de la de otros.


Saco con basura en camioneta luego de limpiar



Un grano de arena nada más. Ojalá podamos aportar muchos más con pequeños actos que podemos llevar a cabo día a día. 

No todo está perdido si tomamos conciencia de situaciones como esta y si en vez de lamentarnos o pararnos a observar decidimos actuar.

Si te animas, llévate un poquito más de desechos, aunque tú no los hayas producido y así, entre todos volveremos a disfrutar de esos entornos, tal y como la naturaleza los creó.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Una Playa Escondida Entre Los Cerros De Talcahuano

Nunca terminamos de conocer un lugar, aunque llevemos toda la vida viviendo en él y aunque ya parece que todo lo turístico está visto.  Lo cierto es que para salir por ahí a pasear algún fin de semana siempre recurrimos a buscar en internet sitios turísticos y siempre, casi todos los sitios nos recomiendan lo mismo. A veces no sé si es porque de verdad la gente sólo acude a esos lugares o si porque se quiere proteger a otros igual o más sorprendentes de todo lo que genera el hombre en un ambiente natural: basura, aglomeración y desgaste. Este artículo que escribo es para que quienes lean esto puedan visitar un lugar más o menos desconocido en la región del Biobío, pero con un compromiso: No dejar basura en el lugar que ya muestra rastros de que hay quienes no tienen cultura y que no piensan en que lugares tan hermosos deberían quedar intactos para todos, incluso para las futuras generaciones. Este pequeño rincón que les vengo a recomendar necesita mantenerse tan

Lejos de ser lugares convertidos en un mall turístico: Una travesía y dos playas de Arauco que te dejarán sin aliento

Chile tiene una maravillosa costa bañada por el Océano Pacífico que lo recorre de norte a sur, por ello es que hay un sin fin de playas por conocer, pero paradójicamente la gente sólo llega a las que están a la orilla de carreteras bien pavimentadas, esas que en verano se transforman, como bien dice mi novio, en malls turísticos inundados de gente con sus toallas y quitasoles, de basura y de ruido. Yo antes era parte de esa masa de gente, pero hoy que mi vida se ha vuelto un poco más aventurera gracias en gran parte al hombre que tengo al lado, me es fácil añorar las épocas de buen clima para llevarnos la carpa a algún lado y conocer recónditos lugares como de los que les hablaré a continuación. El fin de semana recién pasado nos fuimos a la provincia de Arauco, esta vez no en bus como lo hicimos una vez anterior, sino que en furgón, lo que por supuesto nos permite llegar a playas más alejadas donde los caminos son de ripio por largos tramos. Si bien podr

Conocer Y Enamorarse De Chiloé, Sus Paisajes Y Su Gente

La Isla de Chiloé es la mayor del archipiélago que lleva su mismo nombre. Ubicada en la región de Los Lagos, Chiloé, es conocida por sus palafitos, viviendas cuyos pilares son troncos en el agua, sus iglesias de madera y tejuelas de alerce, su gastronomía, sus mitos y leyendas. Hace tiempo quería conocer esta isla, ver con mis propios ojos sus paisajes en una travesía improvisada, sin saber dónde me caería la noche, ni que iba a conocer al siguiente día, ni si tendría transporte público para llegar a los lugares que se me iba ocurriendo conocer. Este viaje lo realicé en septiembre y afortunadamente, tuve días muy bonitos y la poca lluvia fue intermitente. Sé que cualquier época es buena para viajar, por eso quiero dejarles los datos y mi experiencia de lo que conocí, que anticipadamente debo decir, me enamoró, porque Chiloé es mágico, es misterioso, es bondad en su gente cariñosa, es verde, azul, casitas de colores y escasas construcciones en altura, algo que se agradece, sobre todo cu