
Cuando aún no sabía leer mi papá intentaba con el mítico Hispano Américano, el vetusto silabario, enseñarme a juntar las letras.
Luego me leía cuentos que yo me aprendía de memoria y luego hacía como que leía, pero en realidad sólo repetía casi sin variar en nada, lo que mi papá me había leído.
Si hay algo que debo agradecerle a mi padre es el gusto por la lectura. De pequeña recuerdo leerme los Papelucho de Marcela Paz con rápidez y buena comprensión lectora, esperando ansiosa abrir uno nuevo para entretenerme con las aventuras de ese divertido y flaco niño.
Luego y hasta hoy, Harry Potter y sus siete libros conquistaron mi corazón y desde entonces me gusta leer textos que echen a volar mi imaginación, con los que mi mente cree mundos geniales y les de un rostro a los personajes ficticios.
Aunque hoy no leo tanto, si un libro me conquista en sus primeras páginas soy capaz de trasnochar para terminarlo.
Aunque hoy no leo tanto, si un libro me conquista en sus primeras páginas soy capaz de trasnochar para terminarlo.
Por otra parte leer en Chile es caro. El impuesto al libro llega al 19% y este IVA nuestro es uno de los más caros del mundo en cuanto a textos se trata. Mientras nuestros vecinos Argentina, Perú, Colombia, Uruguay, Brasil ya eliminaron este cobro, en nuestro país esta iniciativa parece no tener prioridad.
Según una encuesta global CfK realizada el 2017, que medía la frecuencia de lectura de libros, sólo el 22% de los chilenos lee todos o la mayoría de los días. Una cifra a todas luces muy baja.
Pero, ¿Pasa por lo alto del impuesto al libro el desinterés en la lectura del chileno?
La verdad es que muchos pueden echar de menos el libro tangible, ese que no todos pueden comprar. Es cierto que el olor a las hojas y a la tinta tiene un algo mágico que complementa la atmósfera de una buena lectura, pero para leer se puede ir a una biblioteca pública, comprar libros usados o incluso pedir alguno prestado que veas en la biblioteca de un familiar o un amigo. Quizás tengas suerte y te lo presten, aunque el dueño de ese ejemplar sepa, en la mayoría de los casos, que nunca lo tendrá de vuelta.
Creo que la poca lectura de los chileno (y me incluyo) pasa por la escasa necesidad de culturizarse, de fomentar su vocabulario, de informarse y de con ello crearse una opinión respecto a temas relevantes. Preferimos ver tv basura, algo que nos entretenga pero que no nos aporte nada más allá. Hoy en muchos casos es más fácil que un niño reciba una tablet que un libro, que es mucho más barato que cualquier artefacto electrónico.
No soy un referente extraordinario de lo contrario que planteo, pero de vez en cuando me da por leer y en mi vida he leído desde Perico trepa por Chile hasta El Principe de Maquiavelo o el Leviatán de Hobbes.
Muchas casas chilenas tienen muebles colmados de libros que parecen adornar una habitación más que ser leídos por sus dueños. Esos libros parecen sólo dar un status o plusvalía a ese hogar, la apariencia de que allí, bajo ese techo, vive gente culta.
Pasamos horas frente a un computador en redes sociales, pero somos incapaces de hacerlo con un libro delante de nuestros ojos. No nos duele la vista para leer lo que nuestros amigos virtuales escriben en su Facebook, pero eso si pasa cuando intentamos enfocar la mirada en un libro virtual.
Depende de nosotros encantarnos con la lectura y querer dedicarle tiempo. Por eso si quieres encontrar donde leer gratis aquí te dejo un dato que creí todos sabían, pero al parecer no es así.
Los habitantes de Chile, en cualquier parte del mundo y sólo con su Rut pueden buscar online préstamos de libros y audiolibros por 15 días que luego puedes renovar por 7 días más. Sólo necesitas inscribirte en el sitio web http://www.bpdigital.cl/ y ya podrás tener acceso a más de 35 mil ejemplares de diferentes materias. Sin duda el paraíso para el lector millenial que hoy puede leer desde su computador, tablet e incluso teléfono móvil.


Muchos dicen que es cosa de costumbre leer en digital y aunque hoy son un poco más de 200 mil los usuarios de esta increíble biblioteca pública digital, es de esperar que sean muchos más los que se sumen a leer con esta herramienta tan al alcance de nuestra mano en cualquier momento.
Además, si bien para pedir un libro debes poseer internet, cuando te lo prestan puedes descargarlo y así no tener la necesidad de estar ligado a la red.
El mundo de la lectura es un mundo fascinante y hay tantos libros en el mundo como intereses puedan tener las diferentes personas, sólo hace falta animarse a encontrar uno que de verdad nos guste.
No hay excusas. La Biblioteca Pública Digital tiene textos para todos los gustos, e incluso puedes encontrar ahí algunos muy en boga como Relatos de una mujer borracha, Historia Secreta de Chile I y II y 1984, entre muchos otros.
Entra al link a continuación y sumérgete en el mundo de la lectura http://www.bpdigital.cl/
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